Seguimos con la dinámica de escribir entradas sobre gente que había puesto en práctica el "noble" arte de torturar a otras personas. Voy a hablaros de un personaje muy particular y que en mayor o menor medida, nos suena a todos.
En este caso, será Tomás de Torquemada un fraile dominico castellano que nació en el año 1420 en Torquemada (Palencia) o Valladolid, ya que no se sabe con certeza en qué localidad nació. Fue confesor de la reina Isabel la Católica e Inquisidor General de Castilla y Aragón.
Provenía de una familia muy influyente de judíos conversos de Castilla. Se sabe con certeza que fue ordenado fraile en el Convento de San Pablo de la ciudad de Valladolid por su tío Juan de Torquemada, el cual era cardenal y prior de los dominicos de este mismo convento. En 1452 fue destinado como prior al convento de Santa Cruz de Segovia. Fue confesor de varias personas influyentes y es gracias a esto que conoció a la reina Isabel.
En 1483 fue nombrado Inquisidor General con plenos poderes tanto en el reino de Castilla como en el de Aragón. Torquemada no fue el primer Inquisidor General, pero sí el primero que se encargó de organizar el Tribunal de la Santa Inquisición. Se encargó de centralizar el Santo Oficio en torno al nuevo Consejo Supremo de la Inquisición, del cual sí que fue el primer presidente. Dictó las ordenanzas mediante las cuales se crearía el procedimiento inquisitorial, metodología empleada para perseguir a los herejes mediante denuncias anónimas, interrogatorios bajo múltiples tormentos y cuyas penas podían acabar en la reclusión o en la hoguera.
Fue un férreo perseguidor en los temas más estrictos de la religión, llevando su ortodoxia hacia la crueldad. Bajo su firme idea de la unidad religiosa, fue uno de los impulsores de la expulsión de España de aquellos judíos que se negaron a convertirse. También extremó la persecución de aquellos que se había convertido (siendo él mismo uno) y que por el contrario, continuaban profesando su fe.
Se cree que bajo el mandato de Torquemada fueron quemados en la hoguera cerca de 2000 herejes. Según algunos historiadores, se cree que este proceder del Inquisidor era totalmente justificable por la búsqueda de la unidad de España, bajo la bandera del cristianismo.
Finalizaré poniendo un ejemplo del cronista Sebastián de Olmedo el cual llamaba a Torquemada "el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden".
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